martes, 18 de marzo de 2014

Entrevista con Salvador Roquet. Segunda parte.

Segunda parte.  Ver primera parte en: http://joechipnotdie.blogspot.mx/2009/03/entrevista-salvador-roquet-primera.html


¿Del universo?
Del mismo hombre, en principio. Después más allá, si se profundiza con el tiempo. El loco es un niño de un año, de dos años, es un primitivo. Poca diferencia hay entre un loco, un niño y un primitivo. Obsérvalos y verás. Tienen mucho en común los tres, y tienen algo indiscutiblemente común, que es un primitivismo, su impulsividad y sensibilidad. Son pozos de sensibilidad. ¿Qué es entonces la locura? Es un regreso desesperado del ser humano que se niega a dejar de sentir, va a la sensibilidad a pesar que equivocadamente busca el no sentir. Ahí están dos fuerzas antagónicas. En su afán de no sentir llega a su sensibilidad. Resulta hasta poético. Lo hace de manera afanosa, no le importa vivir la situación que sea. Así como en la postura de no sentir le importa poco destruirse. Va entonces a la fuente, al origen de su sensibilidad que es la locura. El primitivo, el niño, el loco tienen una sensibilidad extraordinaria. El ser humano que llega a la locura va a recuperar lo perdido, lo extraviado por haberlo enterrado con la complicidad de la sociedad, a través de sus planes de educación, valores, ideas. Para llegar a esto la psicosíntesis no quita validez, a las teorías freudianas, jungianas, de Adler, Fromm, ni a la reflexiología, conductivismo y la teoría del aprendizaje. No; les da fuerza, las complementa. Integradas podría lograrse una concepción exacta. Pero nuestro afán separatista, nuestra ausencia de amor precisamente, hace que cada teoría quiera vivir por sí sola aparte de las otras. Están sostenidas por hombres y vienen los fanatismos, los sectarismos y la pugna de unos con otros, y desaprovechan algo que ellos mismos crean. Si el f reudiano y el frommiano dejaran de ser vanidosos… Y es intelectual porque es vanidoso, y es esto por su inseguridad, por su miedo, por su complejo de inferioridad, porque no se ama. El mismo fragua su trampa. Va viendo la luz y fragua su prisión, su cárcel.
Fromm ha incursionado en el budismo zen.
Sí, pero se pierde. Escucha a Ejo Takata y sentirás otro  concepto del budismo, no del libro Zen budismo y psicoanálisis, no ese concepto distorsionado. No me refiero a Suzuki, sino a la interpretación que da Fromm. Y la gente no lo capta, no lo hace por su tendencia a idealizar, a sostenerse en sus limitaciones, en sus dogmatismos y sectarismos, en el grupo que se cree único por su actitud de autosuficiencia, de non plus ultra, de superhombres… Mira, también en esto cómo han desprestigiado a Nietzsche. Su concepto de superhombre es tan distinto. Su anticristo es religioso, es Cristo.
¿Cuáles son los fines de la psicosíntesis?
Tiene dos fines:  el encuentro de la sensibilidad y reintegrar la personalidad. La primera está enterrada por todo lo agregado, por las situaciones falsas, las capas de supuestas que aplastan la originalidad y creatividad del ser humano. Son fardos, como dice Gorki en su libro sobre la angustia. Este autor habla de la sensibilidad también, y mira, acabo de leer un libro semejante. Me quedé espantado sin saber si me había plagiado o yo lo había plagiado. Es Cartas al Greco de Katzan-zakis. No cabe duda, lo plagié porque la obra ya existía y el autor murió. Volviendo al tema, a la vez que eliminas ese fardo que aplasta la sensibilidad quitas la distorsión de la personalidad. No sólo aplasta la sensibilidad sino la personalidad en sí, lo que implica situaciones artificiales, venidas de cosas agregadas. Los dos fines que tenemos es quitar la carga, para que emerja la sensibilidad y entonces se reintegre la personalidad en sus elementos esenciales. Eso pues logra la psicosíntesis. Las cosas agregadas son las que el subconsciente ha engullido, las represiones, las frustraciones, los deseos no satisfechos, las agresiones, la violencia, todo lo primitivo. Ya en esa reestructuración se analizan situaciones. Puede seguirse entonces a Freud o a Fromm. A fin de cuentas esas situaciones son pantallas que encubren, son barreras que deben salvarse para ir a la raíz y liquidar todo residuo.
¿Cómo se llega a la locura, al inicio de la integración?
En general, toda experiencia con alucinógenos, puede determinar cuatro etapas previas a la síntesis, la que viene cuando se pasó la desintegración, la locura. Hay una primera etapa que no tiene aparentemente ni pena ni gloria. Es una etapa preparativa, que condiciona lo que va a venir. En esta etapa se tiene una actitud de expectación,  en saber qué va a pasar, es de suspenso. Está matizada por el contenido del miedo.  Puede haber manifestaciones psicosomáticas, náuseas, mareos. O bien una actitud en apariencia tranquila, de espera con cierta postura de introversión. Puede irse a otro extremo, el miedo provoca una alegría, una actitud simulada para ocultarlo, una pseudoeuforia. La segunda etapa es la alucinante, o alucinógena por excelencia. Es la etapa dionisiaca, placentera, de la evasión, de la fuga; donde el snob o el jipo fragua su fantasía. Todos los que llegamos a tener una experiencia muchas veces caímos en ella. El mismo Aldous Huxley cayó.
¿Las puertas de la percepción es una fantasía?
Sí, no profundizo más. Esta etapa es algo como lo que describe Homero del viaje de Odiseo, de su viaje en que hay sirenas, brujas y gigantes. Hay la circunstancia de que los navegantes se salen de la ruta que los lleva a su fin. El relato poético lleva un gran contenido existencial, es realista: el hombre se sale de su fin, de vivir, y se queda en su fantasía, en un cuento de hadas, ahí se pierde. Así es esto. Es muy platónico, muy socrático.
¿En esta segunda etapa del viaje surgen fenómenos parapsicológicos?
No, creo que se alcanza en la tercera etapa. Claro que se condiciona desde la primera etapa. Su seriedad, su situación honesta y profundidad se logra en ese borde, en esa frontera que hay entre la tercera y cuarta etapas. La segunda etapa, para mí, es la más peligrosa. Por desgracia es la etapa que no le dan importancia. Toda esa propaganda, todo ese manejo político o demagógico sobre el uso y abuso de drogas no la toma en cuenta, no la valoriza. Te repito, es la etapa más peligrosa porque es la etapa de la fantasía. El jipi o el snob, por un sentido especial que detecta el peligro, rara vez cae en la tercera etapa del viaje, y todavía muy rara vez cae en la cuarta. Se detiene en la segunda etapa, ya sea por lo que tú quieras, por un conocimiento intituitivo, por cierta sensibilidad que ya se maneja en esta segunda etapa, que le hace detectar los peligros de la tercera y la cuarta. Entonces se queda en esta etapa placentera, de dolce vita, en la fantasía, en la actitud infantil, en la irrealidad. Imagínate si en un momento dado la juventud maneja los alucinógenos, tiene experiencias con ellos, y claro, indiscutiblemente cae y se detiene en esta segunda etapa; entonces si tiene importancia la reflexología, ahí se condiciona una fantasía, se alimenta y fragua un aprendizaje en  su mantenimiento, al grado que la persona se sostenga, salve la frontera de la adolescencia y llega a adulto en una situación permanente de fantasía. ¿Qué será de la humanidad y del mundo? ¿No crees que esto es un peligro espantoso?
Si, la fantasía lleva al aislamiento.
Al aislamiento y a la violencia, a todo lo destructivo y negativo. Este es el peligro que me provoca pánico, y es al que no dan valor. De por sí el ser humano vive en una fantasía. Con todas esas estupideces de pseudo valores que ha establecido, tras los cuales nos ponemos a correr. Ya es fantasía. Y lo que ha prevalecido, su imperio, sus banderas del mercantilismo. Yo creo que es la fantasía máxima.
¿Más peligrosa que la jipi?
Ahí se van. Pero no sé, siento que la jipi es más peligrosa porque es pasiva. En la otra hay movimiento; equivocado, pero lo hay. El jipi no es dialéctico, niega la vida. Y la vida es movimiento.
¿Tiene la pasividad de Buda?
No, la de Buda no es pasividad. Es meditación. El jipi maneja esta terminología, esta juerga, para su autoengaño; maneja el concepto de Dios, del amor, pero son distorsiones. Maneja el término meditación, pero son distorsiones. Es lo contrario, el jipi está haciendo            una alegoría, una panegiria de los sentidos, y no propiamente de los sentidos, sino de sus residuos. ¿Qué son las alucinaciones en sí? Son el producto, los residuos que quedan de lo que se ha  registrado a través de los sentidos. Son espejismos; lo que vivió Ulises. Y ve un dios que no es Dios; que es el demonio, la fantasía, la negación del amor. No hay ser más o tan dependiente que el jipi. ¿Y qué es el ser dependiente? El que busca la posesión; y el que posee es poseído. El poseído es el poseso, el que antes llamaban el endemoniado; es el poseído por el diablo, es el diablo, la negación de Dios y del amor. El que es dependiente no ama. Ese es el demonio, la negación de Dios, del amor, de la realidad del hombre, de la energía, de la vida. Tú dale cualquier denominación a Dios; no tengamos esa actitud tan limitada del creyente.  Si quieres no digas Dios; di energía o di Universo o di amor, es lo mismo. Y mira, lo alucinante, lo dionisiaco es del diablo, es un placer externo. Tú no estableces alucinaciones de cosas que no has vivido, siempre las estableces de experiencias vividas. Por eso te digo: es el residuo que queda, de la experiencia de sentir,  con los sentidos. Aquí caemos en lo socrático. En un diálogo sobre el tema escrito por Platón, Sócrates asegura que el cuerpo físico es la cárcel del alma, la cual existía antes –por asociación, hoy por la genética maneja una teoría: que el alma se hereda en los genes- y aprisionada las únicas ventanillas que tiene son los sentidos. Pero éstos están desvirtuados porque son cómplices del cuerpo que impide ver su propia alma. Es algo enajenante. Y fíjate, es el mismo pensamiento socrático en relación con las alucinaciones, las fantasías, la enajenación por los sentidos. Se mezclan conceptos científicos, filosóficos, teológicos. Siguiendo adelante, después de esta etapa sigue la tercera, la analítica. En ella el consciente se abate y el subconsciente aflora. A diferencia de la hipnosis y del sueño, el consciente no queda eliminado. No pasa como en éstos, donde es amordazado, es metido en una mazmorra y el subconsciente se aprovecha. Lo mismo pasa bajo los efectos del alcohol. No, no, aquí el consciente queda bajo una camisa de fuerza, se le amarra, y está de observador, presente, consciente, porque tú recuerdas. Es una cosa extraña, es un fenómeno único, es una experiencia única; hay que vivirla para entenderla. Cosa curiosa, aquí el subconsciente y el consciente están al mismo nivel. El consciente es observador de cómo el subconsciente se maneja libremente. Y no puede intervenir, meter las manos. Tú obedeces órdenes exclusivas del subconsciente, dices las cosas que no quisieras decir y tienes actos que no quisieras tener, y estás consciente de todo, te das cuenta de todo. Emerge el subconsciente y esta etapa no es nada placentera, es de angustia, de debatimiento, de enfrentamiento contigo mismo. El peligro, claro, es el impacto que se desencadena, y viene el querer evadirse pero en forma autodestructiva o de autocastigo. El riesgo es el suicidio. Mira todas estas cosas. Si los jóvenes las conocieran e hicieran conscientes, si se dieran cuenta, si lo valorizaran no cometerían la estupidez de las autoexperiencias. No se expondrían a tentar contra su vida. Lo hacen porque esto aún no les ha sucedido, porque desconocen datos de gente que ya ha consumado el suicidio por las mismas causas. En esta etapa ven que el mundo es horrible, tan tremendo que prefieren no vivir. No, hombre, él es terrible, es su mundo interno. Por último viene la cuarta etapa del viaje, la locura; que desgraciadamente, digo desgraciadamente abusan de ella para querer asustar a los jóvenes que tienen autoexperiencias, y logran el efecto contrario, porque ellos se carcajean y ríen. Dicen: “que ignorantes son éstos”. Y es lo que con menos frecuencia sucede, quedarse en el viaje. Se corre el riesgo, sí. Y es otra cosa que debe enfatizarse al joven. Sí, es lejano ese peligro, pero existe, y tú puedes quedarte en el viaje, temporal o permanentemente. Y dentro de esa situación de que te quedes o no en el viaje, te expones a otro peligro: todo psicótico es un delincuente en potencia. Tú puedes destruir, puedes matar en una situación que establezcas sin querer. Estás distorsionando la realidad y por lo común caes en estados paranoicos, siente que te persiguen y en una actitud defensiva agredes y puedes matar. Ves un grupo de gente, o crees que una persona fragua algo contra ti. Por tu distorsión y para defenderte matas, cuando en realidad tu víctima ni siquiera te tomaba en cuenta.  No es sólo el hecho de que te quedes en el viaje; quedándote o no te expones a este otro peligro. Es más que suficiente para no tener autoexperiencias. Tú no sabes cuando caerás en estos peligros, y pocos saben la magnitud que tienen. Yo no he oído en ninguna conferencia, no he oído a ningún psiquiatra, psicoanalista o psicólogo que señalen estas cosas. Manejan otras que están tan jaladas de los cabellos, como la genética, la influencia de los alucinógenos en los cromosomas.  Falso, yo he preguntado a toda la gente que trabaja en esto en Europa y en Estados Unidos y no hay nada, ni van a encontrar nada. Ya es tiempo de que el hombre lo hubiera encontrado. Además, tenemos la observación de nuestros indígenas mazatecas, huicholes y de otros indígenas de Latinoamerica que consumen otros alucinógenos, de los indios del sur de Estados Unidos que han maneja toda su vida el peyote. ¡Qué tan torpemente está manejada la campaña contra los alucinógenos! La basan con querer  meter miedo con fantasmas. Y a quién va la propaganda solo se ríen y dicen con razón: “Qué ignorantes y tontos son éstos”. Y yo, realmente me solidarizo con los jóvenes. Me solidarizo con el jipi, porque están queriéndolo manejar con fantasías. Consciente o no consciente, tratan de manejarlo con mentiras.
Y con represión.
Sí, agrégale una situación represiva estúpida y torpemente manejada. Y es que en el fondo no hay sincerad ni honestidad en esta campaña. Lo que menos les importa es la campaña ni acabas con las drogas, sino la imbécil demagogia, demagogia nacional e internacional. Es darle circo al pueblo. Si no, ya hubieran terminado con la terrible mafia de traficantes de estas drogas nefastas, las heroicas –morfina, heroína, opio.
Alcohol
A eso suma el alcohol. Bueno, y otros aspectos terribles que no debían apoyar, como es la prostitución, que en si es destructiva y está enlazada con el tráfico de drogas, y los actos delictuosos. Falta honestidad. Pero esto si no lo puedes publicar.
Si usted quiere que se publique, sí.
Sí, claro.
Hay una cobardía profesional de psiquiatras, quienes no se han asomado al mundo real de los alucinógenos.
Pero si se espantan de que se quiera trabajar en el terreno científico con alucinógenos. También consciente o inconscientemente, intencionado o mal intencionado, propician leyes y medidas absurdas. Ponen fuera de la ley los hongos y hay una contradicción porque al mismo tiempo la cocaína la venden en las cárceles y el peyote en los mercados. Mira, es un mundo de contradicciones tremendas.
Doctor Roquet ¿a quién hay que apelar a la razón? ¿a los jóvenes o a las adultos?
A los únicos que viven la experiencia. A los jóvenes. Los únicos que tienen posibilidades. Los otros, en su desconocimiento e ignorancia bajan una cortina y no quieren escuchar, se encierran en sus ideas. Hay mejor respuesta en los jóvenes. Yo tengo esa experiencia personal. La prueba es que tantos jipis que se nos han acercado, con gran experiencia en el manejo de alucinógenos, aceptan, cambian y nos hacen caso. Yo procuro ser lo menos insincero. No se les está mintiendo. Sí, los alucinógenos son estupendos, indiscutiblemente. Pero el problema es cómo se están manejando. Todas las cosas en la vida tienen sus aspectos positivos y útiles, y los negativos. Todo es un cuchillo con dos filos. Lo mismo puede ser para elevarte que para darte en la torre. Todo puede servir de instrumento de destrucción, de efecto negativo. Al amor miso se le distorsiona, y es un arma nefasta, el trabajo también. Dios mismo. En nombre de Dios se establecieron las cruzadas, en su nombre se creó esa institución tan tremenda y terrible como fue la Santa Inquisición. Y se han hecho persecuciones religiosas y luchas o guerras religiosas, en que mahometanos han matado cristianos, y éstos, judíos., ¿ves? Pero eso no quiere decir que Dios sea nefasto y no exista; que el amor no exista, que sea negativo. O que el trabajo sea negativo. Es el mal uso que se le da. Lo que también sucede con la energía atómica; es el último ejemplo. Tan extraordinaria que es en el avance y la felicidad del hombre, y sin embargo, cómo se desvirtuó y distorsionó su uso llevándola a ser mensajera de la muerte. Claro, con los alucinógenos se espantan por fantasmas. Por principio, ni siquiera tienen idea de lo que constituye el verdadero peligro. A lo que menos valor le dan es a la fantasía.
Manejan mucho el término “escape de la realidad”

No tienen idea. No lo entienden. Es un maneja equivocado. Es la realidad en función con el sistema de vida que se está llevando. Esa es su realidad. Ahora, en el caso del uso de alucinógenos entre jóvenes, la interrogante importante no está en su consumo, sino en porque los buscan o usan. Una campaña, un programa debe ir a la causa, a la raíz. No como estos señores, que andan por las ramas y no se van a la raíz. Y ésta radica en una búsqueda de evasión. Los jóvenes buscan huir, evadirse de sí mismos. No enfrentan sus problematicas. Huyen de sí mismos, de su problemática existencial, del enfrentamiento a todas las situaciones de la vida. Se evaden, no se enfrentan al conflicto que ha determina su situación. Es una evasión de sí mismo, evasión que funciona por su falta de seguridad y confianza en sí mismo. Su falta de integración. Todo obedece a problemas de su personalidad, lo cual deriva de incapacidad de amar, de su inmadurez. Todo esto viene de la integración, de los simientes de su personalidad, de sus primeros años de vida, de sus primeras experiencias de interrelación con sus padres, los elementos que integran su familia, su hogar. Esto quiere decir que la familia anda mal. Si claro, la familia anda mal, no garantizan ninguna cosa favorable para la integración de la personalidad del niño. Al contrario, resulta defectuosa, muy disolvente. La familia no reúne las condiciones para iniciar su capacidad de amar. Por otro lado, la educación que trasciende de la familia, que corresponde a la escuela, tampoco se realiza. No toman en cuenta la capacidad de amar, sólo el desarrollo del intelecto. Se desconoce, no se toma en cuenta, se margina el amor. Crean piezas para una gran maquinaria que es la sociedad, la misma que da origen y forma la personalidad. Porque si el individuo no vive  en sociedad, no integraría su personalidad. Por los intereses en que funciona la sociedad, crea personalidades defectuosas, enfermas. Bueno, para un programa contra drogas, tendría que irse a estas cosas. El programa debe tener dos posturas: una preventiva y otra curativa para aquellos que viven  el problema. ¿Cómo? A través de una orientación correcta, de divulgación de verdaderos conocimientos de estas cosas. Y buscar los medios para corregir o reorientar las personalidades defectuosas, a través de distintas terapias hasta desarrollar su capacidad de amor que está anquilosada. En la etapa preventiva hay que ir a los niños,  con nuevos programas de educación, hacer un intento en la reestructuración de la personalidad de los adultos, sobre todo de los padres. Precisando más, se requieren escuelas de padres, y en los niños escuelas realmente, pero realmente activos, de tipo integral, variando los conceptos que existen, considerando que el ser humano ni es sólo cuerpo ni sólo mente. Es una conjunción de los dos y hay que atenderlos de manera integral. Variar también el concepto que se tiene sobre instinto, que es tan equivocado, que lo asocian y lo relacionan con la moral. ¿Pero qué tiene que ver instinto con moral? Nada. Ves, eso sería ideal. En pocas palabras, considero que el joven de esta época es valiente, a diferencias de nuestras generaciones. Nosotros fuimos unos cobardes. En primer lugar, porque muchos hicimos consciente la situación que vivíamos, pero callamos, no protestamos. En cambio el joven actual sí ha protestado, mas esto lo ha manejado en actitudes equivocadas de rebeldía y con esto no se resuelve nada, al contrario fomenta el problema que vive y que en él es más intenso. El observa esto, la inmadurez de la sociedad, su enfermedad, su reino e imperio de violencia, de ausencia de respeto y de valores verdaderos, universales. Pero no va más allá. Por consiguiente hay una ausencia absoluta de la libertad, porque el occidental debe empezar por establecerse internamente. Si no hay esa libertad interna en el individuo no se puede lograr la otra libertad.



Extracto Entrevista a Salvador Roquet por Alfonso Perabeles
Revista Piedra Rodante, México, Noviembre 15, 1971

1 comentario:

  1. Bien comprendidas, y sobre todo bien aplicadas, estas terapias podrían ayudar mucho a la sanación de la enferma mentalidad a la que diariamente nos somete el sistema esclavista, materialista, individualista y plutócrata que desde hace siglos hemos elegido como normas de sentir, soñar, pensar y vivir. La mayor parte de la humanidad padece actualmente de infelicidad y de miedo, lo que diariamente aumenta el caos, que también perjudica a Nuestra Madre Tierra, a la Vida y al Cosmos. En lo que aquí leemos, especialistas e investigadores médicos afirman que estas terapias, ya experimentadas y probadas por los chamanes prehispánicos, siempre y cuando sean aplicadas con todo el rigor científico, sintetizando todo su acervo con el arte y la espiritualidad, ortogenizan con mucho las terapias psicoanalíticas y los preceptos de los pioneros psicoanalistas y aún los de Erich Fromm...

    ResponderEliminar