Consejos rápidos para usuarios de
drogas que se inyectan.
Más de una vez se ha escuchado decir que cuando un usuario
de drogas comienza a utilizar la vía de administración intravenosa no hay
vuelta atrás, refiriéndose a que utilizará esta vía sobre las otras (oral,
nasal, rectal, etc.) en todo momento y en cualquier circunstancia; normalmente
se pronuncia a manera de advertencia para el neófito, como si la sentencia
fuera irrevocable. Por supuesto que esto es falso, lo que es verdad es que el
usuario que le ha perdido el miedo a las agujas, y vaya que es algo fácil, posiblemente
preferirá esta vía en muchas ocasiones por varios motivos. El primero es el
económico, la mayoría de las drogas inyectables son activas en menor dosis por
esta vía y se necesitará menor cantidad en cada aplicación, hasta una tercera
parte o incluso menos en algunas sustancias de lo que se necesitaría para una
dosis oral de igual potencia. Por otro lado, muchas drogas suelen tener un
efecto diferente y en algunos casos, muy diferente, cuando se administra por la
ruta intravenosa al efecto obtenido por otras vías de absorción, como en el
caso de la cocaína. El tiempo total de la experiencia con una droga se ve
reducido considerablemente con algunas sustancias utilizando esta vía y es una
cualidad que algunos usuarios agradecen y buscan. Aún con todas sus posibles
ventajas no deja der ser la forma más peligrosa de administrarse una droga y no
debería ser usada a la ligera, sin las medidas de reducción de daños necesarias
y en ningún caso debería ser un método de abuso, se debe recordar que siempre
será más seguro utilizar cualquier otra vía de administración. Los siguientes
consejos de reducción de daños para usuarios de drogas inyectables podrán ayudar
a tener una experiencia más segura.
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Las complicaciones más frecuentes al utilizar
esta vía son producto de la mala higiene. Utilizar material sucio deriva en
infecciones bacterianas que pueden producir abscesos. Se deberá utilizar
material nuevo en cada aplicación, jeringas estériles y filtros nuevos. Para
cada inyección una jeringa nueva. Es muy importante también tener limpio el
área donde se prepara la dosis y lavarse las manos con jabón a conciencia antes
de iniciar la preparación. Ya sea que utilices una cuchara o cualquier otra
base para preparar y cargar tu jeringa,
deberás limpiar ésta con alcohol preferentemente, también se puede
utilizar agua oxigenada. Como filtro lo más común es utilizar algodón pero si
eres usuario habitual de esta vía es recomendable tratar de conseguir filtros
especiales que tienen micro-mallas para evitar el paso de las partículas más
grandes y pesadas que no se han disuelto, principalmente de cortes activos o
inactivos que le son agregados a la sustancia para añadir peso, algunos filtros
más especializados incluso evitarán el paso de bacterias. La limpieza absoluta
es posiblemente la recomendación más importante, la piel es el primer
componente del sistema inmune y cuando la traspasamos podemos dar la
oportunidad de entrar directamente a nuestro cuerpo a bacterias y otros
microbios que causan infecciones.
A principios del siglo veinte, cuando se comenzó a
popularizar el uso de jeringas para administrarse drogas de manera recreativa,
ya se intercambiaban recomendaciones de reducción de daños entre usuarios, como
se muestra en el libro Underworld of the
East de James S Lee, publicado en
1935. En este caso fue su propio médico (quién por otro lado también era
usuario de drogas de forma recreativa) quién le advirtió sobre la importancia
de la limpieza para evitar infecciones, así mismo James S Lee compartió la información con más usuarios que fue encontrando
a lo largo de su vida, incluyendo su pareja.
Traducción al castellano de un extracto del capítulo 6, Strange Waking Dreams:
Ahora usaba grandes cantidad de cocaína, a menudo suavizada con
morfina, y un poco de opio fumado por las noches.
La morfina y la cocaína, por supuesto, las inyectaba, y pronto me di
cuenta que los pinchazos de la aguja dejaban puntos rojos, los cuales en
ocasiones se inflamaban, e incluso, como me sucedió una vez, se infectaba, y
fue esto último lo que me motivó a mencionárselo al Dr. Babu.
Miró mi brazo y después me dijo cosas que yo no sabía anteriormente, ni
había pensado en ello.
Como la mayoría de los médicos hindúes, hablaba lentamente, en un
inglés de libro de texto, con un acento ligeramente nasal, escogiendo cuidadosamente
cada palabra.
“Sabe usted, Sir, que cada vez que le queda un punto rojo en la piel
por la aguja hipodérmica, usted introduce hacia la parte interna del cuerpo,
una considerable cantidad de bacteria.”
Escuché sus consejos, y aprendí de ellos, debía utilizar solamente
jeringas de vidrio en todas las ocasiones, que debían ser hervidas
frecuentemente y reposadas en solución estéril, mientras se usaba una segunda
jeringa. Las agujas, de las cuales requeriría muchas de ellas, deberían dejarse
en solución estéril y nunca tocar las
puntas con los dedos antes de usarlas, también el lugar de inyección debe ser
primero limpiado con algodón empapado de alcohol.
Esto era muy importante cuando
se hacían tantas inyecciones al día o una pequeña porción de materia séptica
sería introducida en mi sistema con cada inyección. Era esto, me informó, la
principal causa por la que la salud de los usuarios de drogas inyectables se
veía afectada tan rápidamente. Su sistema se intoxica por materia séptica.
Muchos gérmenes son introducidos con cada inyección.
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Mientras más pequeño sea el grosor de la jeringa
menos daño hará a nuestras venas y a nuestra piel, es importante nunca
inyectarse con jeringas menores a 25G (gauge), por ejemplo la 23G que
comúnmente es para inyecciones intramusculares. Las jeringas que utilizaremos
para la vía intravenosa son las jeringas que se utilizan para insulina,
afortunadamente en México no tenemos ninguna restricción para comprarlas y las
podemos obtener en cualquier farmacia, por ejemplo, las Farmacias Similares
tienen paquetes de 10 jeringas por un módico precio. Las jeringas que
necesitamos son las más pequeñas posibles, se puede elegir entre jeringas para
insulina con aguja de 13mm de largo con gauge 30G o de 8mm de largo con gauge
de 31G. En cuanto a la capacidad de cada jeringa se puede elegir entre 1ml y
.5ml. Se reconocerán fácilmente por su tapa naranja y las hay de varias marcas,
unas más baratas que otras.
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La mejor opción para diluir nuestras drogas en
su preparación es utilizar suero fisiológico. Se pide tal cual en cualquier
farmacia y hay opción de comprar desde un bote de 100ml por un precio muy bajo
y que servirá para muchas aplicaciones. No es recomendable utilizar agua
corriente, aunque algunas personas utilizan agua embotellada o destilada la
mejor opción sigue siendo el suero fisiológico que tiene como función única
utilizarse para tal propósito.
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Después de todos los cuidados que hemos hecho
podría parecer obvio que no se debe en ningún caso compartir jeringas pero como
sigue siendo una actividad común no está de más volver a decirlo. No sólo no
debes compartir tus jeringas, sino todo el material con el preparas tus dosis:
cucharas, filtros, etc. Al compartir tu
material y jeringas te expones a la transmisión de varios virus como la
hepatitis o el VIH.
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La principal causa de sobredosis, sobre todo de
heroína intravenosa es por no haber hecho una prueba de su potencia antes de inyectarse una dosis mayor. La tolerancia muchas veces hace que
omitamos este paso, creyendo que podemos resistir cualquier dosis así sea grande. El problema de la ilegalidad de las drogas es precisamente, que
nunca sabremos la potencia o grado de pureza de cada dosis comprada y hay
que tener en cuenta que pueden variar muchísimo. Incluso
si has comprado el mismo día con el mismo vendedor, siempre se deberá de
realizar una prueba a dosis bajas parar verificar la potencia de la nueva dosis
comprada. Incluso si has comprado varias a la vez y vienen en diferentes
paquetes. Puede ser que lo que creíamos que era una dosis fuerte anteriormente en
realidad era débil y nuestra droga era de muy mala calidad. Nunca menosprecies
la cantidad de ninguna droga comprada en el mercado negro. Siempre podrás
aumentar la dosis en las siguientes aplicaciones pero nunca podrás disminuirla
una vez que ha entrado al cuerpo.
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El mejor lugar para inyectarse es en los brazos,
en las venas basílica y cefálica que son las más grandes del brazo. Las manos
son la segunda mejor opción pero al tener venas menos gruesas hay posibilidad
de atravesarlas, habrá que hacerlo con las jeringas más pequeñas que podamos
encontrar, también hay que introducir el líquido muy lentamente para no
bloquearlas y que salga el líquido por los lados. En las manos al tener una
circulación más lenta, también tardará más tiempo en sanar las heridas de cada
aplicación. Si te inyectas habitualmente es recomendado ir rotando los lugares
de aplicación, nunca inyectarte en el mismo lugar. Por lo general hay ciertas
zonas que se convierten en favoritas pues se puede hallar la vena al primer
intento de aplicación, equivocadamente lo más común es agotarla hasta que la
vena se bloquea , no puede usarse más y entonces cambiar de sitio. Nos costará
más trabajo encontrar una nueva zona de aplicación con cada inyección, posiblemente tardemos muchos minutos pero es lo más sano y
más recomendado, nunca inyectarse en el mismo punto más de dos veces en la
misma semana por lo menos. Para hinchar
las venas se pueden hacer algunos ejercicios físicos como sentadillas o estar
de pie por algunos minutos apretando y soltando los puños. No hay que olvidarse
de siempre lavar con alcohol la zona donde se inyectará. Hay que evitar las inyecciones en piernas y
pies, pues la circulación es muy lenta y puede haber más complicaciones. Las inyecciones
en el cuello son peligrosas por tener muy cerca arterias principales que puedes
pinchar accidentalmente. Hay que asegurarse siempre de estar dentro de la vena
antes de inyectar la solución, al registrar es conveniente hacerlo al menos dos
veces (la segunda vez a mitad de camino) para corroborar que la aguja no se ha
salido de la vena.
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El sitio donde decidas inyectarte también es de
importancia y siempre será recomendado elegir un lugar donde puedas sentirte
cómodo, de preferencia siempre acompañado por alguien cercano a ti que te pueda
auxiliar en caso de algún problema. Tu estado de ánimo al momento de la
aplicación cuenta mucho para que tu experiencia sea más positiva. El elegir
adecuadamente el lugar y el momento perfecto para utilizar tu droga favorita ayudará
también al control que desarrollaras sobre el consumo de la misma. Trata de
evitar lugares desconocidos o peligrosos, como la calle. Prepárate con tiempo
para tu sesión con drogas inyectables y dale siempre el tiempo necesario para
que todo salga bien. Conviértete en el
maestro y no en el esclavo del consumo de tu droga favorita.
Mientras más te cuides, más disfrutaras de la experiencia
con las drogas. Está en tus manos ser responsable y cauteloso. Una
recomendación del Manual de Seguridad para Usuarios de Drogas Inyectables: Como usuarios de la vía intravenosa, debemos
siempre tener el control de la preparación de nuestras drogas, de la manera en
que la consumimos y no dejar que nadie lo haga por nosotros; debemos tener
siempre el control de lo que entra en nuestro cuerpo y de cómo lo hace.
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