El fumador de opio
Hundido y ahogado deliciosamente
en música suave como perfume, y luz tenue
Dorada con exquisitos olores audibles,
que me envuelven con sudarios hasta la eternidad.
Ya no existe el tiempo. Hago una pausa y huyo.
Un millón de años me funden con la noche.
Dreno un millón de años de deleite.
Sostengo el futuro en mi memoria.
También tengo esta guardilla que renté,
Esta cama de paja, y esto que alguna vez fue una silla,
Este cuerpo desgastado hecho jirones,
Estos mendrugos, que han sido en parte comidos por las ratas,
Esta pipa de opio: rabia, remordimiento, desesperación;
Esta alma empeñada, y este corazón delirante.
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