Aunque había ya compartido una breve introducción a la difenidina, quisiera extenderme un poco más con este antagonista de los receptores glutamatérgicos NMDA del que se sabe hasta ahora muy poca cosa.
Si bien, ya se han estudiado otros antagonistas NMDA de su tipo que cuentan con tan solo algunos cambios estructurales, los efectos subjetivos de este fármaco -según mi experiencia- son diferentes y bien definidos, al menos a dosis recreativas. Si debemos compararlo con alguna otra arilciclohexilamina, sería con la metoxetamina, más que con la ketamina o la fenciclidina; aún así, como he dicho antes, la difenidina es única en sus efectos subjetivos.
Con la difenidina a dosis medias/bajas (0.4 mg/kg vía IM) están ausentes los efectos visuales a ojos abiertos y cerrados, si acaso, se percibe una ligera diplopía, que no tarda en desaparecer. Después de cada aplicación y mientras los primeros efectos comienzan a notarse, hay una euforia muy particular que se extienda durante una hora y se reduce gradualmente en las siguientes dos y un poco más. La euforia viene acompañada de un potente efecto antidepresivo que recuerda un poco aquel de las anfetaminas. También provoca una ligera empatía, muy reflexiva: viejas o nuevas preocupaciones salen a flote y pueden discutirse, se analizan de tal modo -siempre con esa actitud provechosa- que casi se vuelven fáciles de resolver, sin que por esto se les reste importancia. Durante todo este tiempo uno puede sentir una embriaguez característica de las dosis bajas de casi todas las arilciclohexilaminas, aquella que no abruma ni tampoco amodorra en demasía. Cuando parece que los efectos han desaparecido, uno tiene la sensación de haber concluido una sesión enteogénica de dosis altas, por ejemplo, una con tres gramos de hongos psilocibios secos. Hay fatiga mental, sobre todo emocional, pero también ese sentimiento de renovación e integración. Se siente como si se hubiese llegado satisfactoriamente a la meta de alguna empresa iniciada tiempo atrás. A los días siguientes y, en ocasiones, durante toda la semana, uno puede seguir reflexionando sobre la sesión.
La difenidina a dosis altas subanestésicas es bastante extraña, y, aunque a estas dosis se puede parecer más a los demás fármacos disociativos, sigue teniendo algunas notables diferencias. Quisiera destacar sus efectos a las dosis medias aquí presentadas como una posible gran herramienta del tipo psicoanalítica.
Si bien, ya se han estudiado otros antagonistas NMDA de su tipo que cuentan con tan solo algunos cambios estructurales, los efectos subjetivos de este fármaco -según mi experiencia- son diferentes y bien definidos, al menos a dosis recreativas. Si debemos compararlo con alguna otra arilciclohexilamina, sería con la metoxetamina, más que con la ketamina o la fenciclidina; aún así, como he dicho antes, la difenidina es única en sus efectos subjetivos.
Con la difenidina a dosis medias/bajas (0.4 mg/kg vía IM) están ausentes los efectos visuales a ojos abiertos y cerrados, si acaso, se percibe una ligera diplopía, que no tarda en desaparecer. Después de cada aplicación y mientras los primeros efectos comienzan a notarse, hay una euforia muy particular que se extienda durante una hora y se reduce gradualmente en las siguientes dos y un poco más. La euforia viene acompañada de un potente efecto antidepresivo que recuerda un poco aquel de las anfetaminas. También provoca una ligera empatía, muy reflexiva: viejas o nuevas preocupaciones salen a flote y pueden discutirse, se analizan de tal modo -siempre con esa actitud provechosa- que casi se vuelven fáciles de resolver, sin que por esto se les reste importancia. Durante todo este tiempo uno puede sentir una embriaguez característica de las dosis bajas de casi todas las arilciclohexilaminas, aquella que no abruma ni tampoco amodorra en demasía. Cuando parece que los efectos han desaparecido, uno tiene la sensación de haber concluido una sesión enteogénica de dosis altas, por ejemplo, una con tres gramos de hongos psilocibios secos. Hay fatiga mental, sobre todo emocional, pero también ese sentimiento de renovación e integración. Se siente como si se hubiese llegado satisfactoriamente a la meta de alguna empresa iniciada tiempo atrás. A los días siguientes y, en ocasiones, durante toda la semana, uno puede seguir reflexionando sobre la sesión.
La difenidina a dosis altas subanestésicas es bastante extraña, y, aunque a estas dosis se puede parecer más a los demás fármacos disociativos, sigue teniendo algunas notables diferencias. Quisiera destacar sus efectos a las dosis medias aquí presentadas como una posible gran herramienta del tipo psicoanalítica.
te dejo este link. me gustó mucho la nota : http://www.psychedelicadventure.net/2014/07/drugs-entheogens-whats-difference.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+PsychedelicAdventure+%28Psychedelic+Adventure%29
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