domingo, 5 de octubre de 2014

Leopoldo María Panero

DROGAS Y LOCURA

Se dice que muchos han acabado mal por las drogas. Pero, ¿qué es acabar mal? Otros han acabo mal por el alcohol, pero hay quien ha acabado mal por nada, por querer ser un héroe tal vez: y no hay otra heroicidad que la de los despojos. Es así que no se acaba mal por las drogas, sino por el uso que se hace de ellas. En efectos, muchos toman drogas por ser modernos, y para ellos las drogas son drogas a secas, y el viaje de ácido es un viaje nada más: ¿por dónde?
Así yo defiendo un uso mágico de las drogas.Creo también que hace falta un guía de viaje, como en el viaje ritual de Amanita muscaria, que era la droga que tomaban los cristianos primitivos, el hongo Cristo, tal como leímos en páginas de John M. Allegro: La champignones sacré et la croiz, y era por eso que yo, ciego de lo que mal se llama locura, suplicaba en los bares un bocadillo de champignones. Ciego, digo, de lo que se llama locura, y que se parece más a un arrebato místico, por mucho que este arrebato místico sea un arrebato místico catastrófico: y ello debido no a la locura en sí misma, como pretende la superstición psiquiátrica, sino al control social de la percepción. De esta forma, en las tribus primitivas donde no hay un control social de la percepción tan monolítico y nazi, la locura no existe, porque si existiera habría psiquiatras, y no los hay. Allí existe un uso ritual de las drogas, y se programa el viaje por las mismas.

Del mismo modo, para la locura, que es una droga, ya que, como es sabido, la orina de los esquizofrénicos contiene un componente químico parecido a la mescalina, del mismo modo, para la locura, decíamos, hace falta un guía de viaje y no un psiquiatra. Porque es el mal uso de las drogas lo que las hace nocivas ya que las drogas no son nada en sí mismas y el viaje somos nosotros, y los efectos del hachís o del ácido dependen de con quién y porqué y para qué las tomamos, y qué nos proponemos hacer con el LSD, o incluso con esa droga mínima que se llama hachís: o con ololiuqui o dondiego, con la psilocibina, la nuez mozcada, la belladona o el romilar, con maxibamato vacilo como un pato.
Ahora bien, las drogas son peligrosas, lo mismo que la iniciación o la magia; es por eso que decían los cabalistas: "No lo hagas solo que te volverás loco"; y Eurípides, en la genial película de Fuller Shock Corridor: "Cuando los dioses quieren perderte primero te vuelven loco". Lo que nos pierde no son las drogas, sino la soledad.



EGIN, 18 de noviembre de 1996, página 10.

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